Un abogado matrimonialista se ocupa de más asuntos de los que a primera vista creemos. No sólo lleva divorcios, que es lo primero que se nos ocurre siempre, si no también nulidades eclesiásticas, redacción de convenios reguladores, disolución de condominios, petición  de custodia compartida, modificación de medidas, reclamación por impago de pensiones, pensión de alimentos, pensión compensatoria, autorización de salida de hijos del territorio español, ejecución de sentencias de divorcio y procedimientos de urgencia, acuerdos prematrimoniales ó capitulaciones matrimoniales y actividades de mediación en sede judicial.

También interviene en otros cometidos de caracter económico y fiscal, en colaboración con los gestores administrativos y economistas (piezas clave de estos asuntos y esto nos diferencia de otros despachos), como son; asesoría sobre el régimen económico matrimonial, bienes gananciales, disolución y liquidación de gananciales, fiscalidad de la liquidación del régimen económico del matrimonio, régimen de participación, disolución y liquidación del régimen de participación, separación de bienes y la consiguiente disolución y liquidación de separación de bienes.

Hay por lo tanto más asuntos en los que los abogados matrimonialistas son piezas clave, de los que podíamos pensar a priori. es por eso que los despachos especializados en este campo que trabajan en colaboración con profesionales expertos en asuntos económico-fiscales tienen una clara ventaja a la hora de buscar soluciones satisfactorias y jurídicamente factibles para sus clientes.